New York.

Tiempo sin escribir aquí.
Pero he sido un mal educado, he debido saludar primero.
Buenas noches.
Ya estoy situado en New York E.E.U.U , pero comenzare por nuestra partida.
El señor D'Aguille nos comunico que ya era tiempo de partir, arreglamos nuestros equipajes que no debían ser muy opulentos. Así nos entrego uno de sus aviones, y nos repitió que él no nos acompañaría.
Así viajamos en el avión con las ventanas completamente selladas, ni un pequeño haz de luz podía entrar.
Llegamos a New York de noche, conocimos a otro equipo del señor D'Aguille por allá, lo conformaban un hombre muy elegante y serio de cabellos largos y negros, su nombre era William, pero no nos honro con su apellido; otro era un hombre con una mirada mas cálida, también tenia cabello largo, pero él del era negro azulado, tampoco nos honro con su apellido, solo dijo que se llamaba Edward; y él tercero esa soberbio, pelo azul, y no recuerdo su nombre, no le di mayor importancia.
Ese hombre (él último) dijo que yo era el mas débil del grupo, ha, eso es estúpido, me pidió un duelo de practica, le gane, pero dijo que solo fue suerte, puede ser, no cometeré su mismo error, no lo subestimare, aunque él vaya como un estúpido desmereciendo al resto, solo porque parezco un niño, no es mi culpa cuando decidieron abrazarme, tenía demasiado talento, y siendo del clan que soy, es explicable que me abrazaran a temprana edad.
Luego fuimos escoltados a una fiesta, en donde conocimos a los postulantes al cargo de Príncipe en New York, y a la actual Princesa.
La fiesta era aburrida, había abundancia de Ventrues.
Salve a la señorita Fitzwilliam de las manos de un pervertido y luego fui a sentarme.
Me dirigí a una mesa, estaba vacía, pero una señorita se sentó también ahí. Pidió algo para ella y para mi, luego comenzó a hablarme, que me parecía a alguien y esas cosas, me mostré indiferente y quiso retirarse, pero le dije que estaba aburrido, así que si quería decir algo la escuchaba.
No revelare su identidad, es una dama, pero hablamos de Darken, me pareció extraño, el nombre de ese hombre aparece en todas partes que vamos, y a mi querida Arian le interesa lo que los demás pueden opinar de él.
La dama me ofreció un trato, pero es algo que debo evaluar, así que no hablare de ello.
Ahora me retiro, no haré esperar mas a la dama en la mesa.
Hasta Pronto.




Fausto. El que regresa de la Muerte.